Muchas mañanas me pregunto, ¿Donde está el día? se supone que es temprano, ¿Por qué no hay luz?, nos perdemos incontables veces en un mar de oscuras ideas que nos ahogan y asfixian dejando nuestro ser en un estado de incontenible tristeza.
¿Por qué el ejemplo del día? Cuando nos levantamos habitualmente tenemos la persiana bajada, y no vemos nada, y da igual la hora que sea, a lo sumo entra un fino rayo de luz lejano en una esquina de tu habitación. La felicidad se basa en conseguir ir y subir la persiana, y vivir un día radiante entre los rayos que te aporta la vida y todo lo que la rodea. Puedes estar contento viviendo en la oscuridad tampoco es difícil, es simplemente saber cómo adecuarse y sonreir en la oscuridad. Pero nunca es lo mismo, disfrutar de la oscuridad o alimentarse de un mínimo rayo de luz es incomparable a sentir el sol en tu cara y ver como clarean tus ojos.
Es inmenso el placer que se siente al sentirse uno mismo en cada momento sabiendo que hay mil grietas en un mundo estúpido que no quiere curarse, y que tu corazón sea un pequeño rincón en el agujero más inhóspito, dónde se recogen unas pocas almas que tienen la llave para entrar y salir cuando se desee.
El secreto de ser feliz reside en cada uno, no existe una panacea sentimental que ahogue las penas y cure las heridas. Hay miles de sustitutos baratos que pueden hacer sentir esa sensacion de placebo dentro de tí, pero la verdadera sensación esta en tí, en lo que quieras, en tus sueños, en aprovechar tus virtudes y reirte de tus defectos.
En mi caso sé lo que necesito, he tenido demasiadas conversaciones conmigo mismo, pero siempre ataca ese demonio vestido de duda, de pánico, de orgullo, de soledad, de incertidumbre... Un malvado enemigo que nos hace no ser como debieramos ser, ahogando parte de nuestras vidas dentro de un inesperado giro de guión. El ser alguien extremadamente sensible al resto de la gente, a los problemas y a mi mismo, me hace no comprender ciertas situaciones, y crear una pequeña carga sobre mi alrededor, carga que se manifiesta en errores, en tonterias, en pasotismo, en falta de puntería... En resumen en una abstracción del resto que deriva en erróneas definiciones sobre mí, ante mí y el resto.
Mi vida es simple, estoy contento, porque he sabido ver en la oscuridad, en mi cama estoy perfectamente pensando, he sido víctima de heridas del pasado desde hace tiempo, pero puedo vivir aquí, sonriendo y ayudando altruistamente a quien me preste su confianza. Pero lucho por mi felicidad, pero cada vez que intento levantarme a abrir la persiana de mi pequeña habitación me tropiezo con los sentimientos que dejé en mi habitacíon, con los errores de un pasado extraño, con las idioteces de un presente lleno de más errores, con el peso de seguir adelante, la presencia de un futuro que en su mayoría trato de no vislumbrar, y sobre todo, con los miedos que dejé en la habitación fruto de todo lo anterior... Aun así lo intento, porque se que es posible, porque si estoy aquí es para dejar huella en algo, pero mi mentalidad me dice que el lugar más importante para dejar huella soy yo.
"Y entre más libros encontré otro folio donde recordé aquella noche, aquella lluvia, aquel abrazo, aquellos ojos, y aquel estúpido momento que decidí ser orgulloso y no llorar, y aquella genial sonrisa que me hizo llorar, aquella despedida fue sorprendentemente tranquilizadora, aunque sabía que de aquí a unas horas ya la echaría de menos"
Dedicado a las promesas del pasado que aún lucho por cumplir, a aquel momento y aquella despedida. Dedicado a Ana Moreno y aún sin poder hablar contigo, te sigo recordando.
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